Los especialistas se encontraron con que el ensamblado del dispositivo es bastante engorroso,
repleto de pegamento para adherir, entre otras cosas, la batería y la
pantalla. Además hay cerca de 90 tornillos, siendo el principal problema
lo fácil que es cortar un cable durante el proceso de desarme, lo que
convierte en extremadamente peligroso el ejercicio de intentar reparar
un Surface Pro.
Y es que de hecho, la unidad SSD sí se puede retirar, pero el
problema es llegar a ella sin arruinar algo en el camino, por lo que de
tener algún problema con el Surface es mejor dirigirse directamente a un
servicio técnico autorizado o llamar por teléfono a Microsoft ?.
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